domingo, 4 de julio de 2010

Recordando a mi querido abuelo en su 100° aniversario...




Este simple banquito, tiene una historia. Era de mi abuelo. Lo tenía en su cocina junto con una mesita de fórmica, también, común y corriente. Pero es ahí donde se sentaba por la mañana a desayunar o leer el diario. A tomar mate. No sé qué tiene, pero me trae muchos recuerdos de mi queridísimo abuelo Oscar que se fue ya hace dos años con el de arriba a sus 98 años de edad. Será justamente por su simpleza, fortaleza, firmeza y siempre dispuesto a ayudar, que se asimila a él. Siempre está ahí. Pasa desapercibido, pero está. Y por eso, en homenaje a él que hoy 4 de agosto cumpliría 100 años, le quise dar una mayor importancia para que llame la atención de todo el que entra, y cuando pregunten: ¿y ese banquito? Qué lindo!, yo les pueda responder: Es un regalo que me dejó mi abuelo... (y lo tengo en la cocina, justo donde debe estar y estuvo siempre: junto a la mesita de fórmica blanca). Otra demostración del valor de las pequeñas cosas y de las simplezas de la vida.
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